DE ANIMALES A DIOSES.
Suelo preguntarme cuál fue el origen de nuestra especie, la humana; cómo se formaron los primeros clanes y cómo esos clanes evolucionaron hasta desarrollar las primeras civilizaciones. A diferencia de los otros seres, el ser humano se distingue por su capacidad racional; sin embargo, carece de ese instinto propio de los animales. Los animales tienen la capacidad de almacenar su experiencia a sus descendientes. Un ejemplo son las abejas, las cuales su futuro ya está "escrito" en su ADN y establecen una jerarquía en su colmena. Por lo contrario, el homo sapiens es incapaz de plasmar esa información en su ADN y ha necesitado realizar un esfuerzo mayor con tal de almacenar la información dada por la experiencia mediante la creación de los números y de la escritura.
Los clanes se caracterizaban por sus propias leyes, costumbres y un pensamiento común. Su transgresión en el tiempo ha sido gracias al reflejo de esas características mediante la huella, es decir, las pinturas rupestres y los objetos. El homo faber es aquel que tiene la capacidad de hacer con sus propias manos.
Desde nuestros principios, hemos tenido la necesidad de transmitir nuestra visión del mundo mediante elementos simbólicos. El arte tiene ese poder. Los seres humanos somos artistas porque tenemos la necesidad de crear y de comunicar.
Por otro lado, gracias a su capacidad de racionalizar, el ser humano ha creado un orden social imaginado que se ha ido pasando de generación en generación mediante la escritura, su origen es la escritura sumeria. Un ejemplo es el código de Hammurabi mesopotámico, un conjunto de leyes inscritas en una piedra. Para mantener una sociedad de tal magnitud, es necesario otras metodologías como la contabilidad mediante los números para determinar las jerarquías sociales y la propiedad privada. Un ejemplo es la escritura Kushim, una manera de recopilar información mediante signos materiales y numéricos.
Digamos que la especie humana ha sobrevivido por la sobrecarga de información que ha sabido gestionar y ha desarrollado su memoria más que el resto de especies. Somos seres racionales que nos hacemos llamar diosas y dioses.
